Traducción

sábado, 30 de septiembre de 2017

CENTAUREA DEBEAUXII

Entre mitos, recuerdos y pasos por Ulia
  
Centaurea debeauxii 
  
Centaurea debeauxii 



Mirando al mar, florecen en el Ulia estas centáureas con nombre de la mitología griega: los centauros y las centáurides, caballos y yeguas medio humanos. 
La tarde está soleada; pasan los caminantes y las olas ponen la música de fondo a las ruidosas gaviotas.

Centaurea debeauxii 













Los centauros, con sus míticas batallas perdidas, son el recuerdo de tardes de verano, jugando por esas laderas al juego de la vida con un helecho en la espalda. Está visto que no acabamos con ellas arrastrándonos para sorprender a otros niños y arrebatarles el helecho para hacerlos prisioneros. Éramos los niños de la catequesis de Villa Cris.






Centaurea debeauxii 










Las caminantes, que pasan a mi vera mientras tomo estas fotos, no se imaginan lo entretenidos que fueron esos veranos, cuando los hermanos Vivó, capellanes de Las Cristetas, nos traían por esta zona. 
Los de Ategorrieta sólo llegábamos hasta el tiro al plato, en la cima, para coleccionar los platos que se quedaban enteros. 





Centaurea debeauxii 









Me malicio que, por muy francesas que sean, no habrán oído hablar del farmacéutico y botánico Jean Odon Debeaux, que da nombre a esta especie de centáureas. 
Y es que los botánicos son muy suyos y se lo tienen muy callado. 







Centaurea debeauxii 











Parecido me ocurrió cerca del Mendaur cuando a unos bayonenses de mi edad les pregunté  por  su  valerosa  vecina Marga D´Andurain, la intrépida que, a principios del S.XX, puso de moda visitar la mítica Palmira de Siria, donde había establecido un hotel para turistas elegantes. No les sonaba de nada ese nombre de mujer.








Los años pasan y los recuerdos permanecen unos y se esfuman otros

Centaurea debeauxii 

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