Traducción

martes, 17 de agosto de 2021

CALYSTEGIA SILVATICA

   
Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor
Esquilas blancas en el paseo por Urgull

Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor

Voy paseando hacia Puntas para subir desde ahí al Urgull y aspirar el aire de mar. Subiendo, tengo una vista amplia sobre la costa, que, un día más, tiene un brumoso color gris perla, detestado y encantador. 
Oigo el ininterrumpido romper de las olas contra los escarpes rocosos del ya viejo Paseo Nuevo. 

Escarpes del Paseo Nuevo
¡Cuidado! La serenidad del momento la rompe un lechuguino que baja en bici, como si bajara el Tourmalet a tumba abierta. No, al menos hoy la tumba no se la va a encontrar abierta: a esta hora de la tarde hasta las barracas de feria del paseo están cerradas y los munipas echan la siesta en sus casas.
Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor
En los taludes próximos al castillo, sobre los tallos de las Crepis amarillas, se retuercen las correhuelas, ezkiluntza: las esquilas blancas con grandes bractéolas verdes solapadas. Supongo que su tamaño habrá atraído la atención de alguno de los numerosos visitantes que deambulan por los alrededores. Aunque, más bien, creo que están atentos a la vista sobre la Concha y a los juegos de los niños: que el paisaje bien se merecen el esfuerzo del ascenso.
Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor
Para bajar, aprovecho todos los caminos que alargan el paseo. El arbolado ofrece momentos que a los paisajistas románticos les hubiera encantado contemplar y dibujar. Bajo una pérgola, tumbado de medio lado sobre un banco y con las piernas encogidas, duerme un transeúnte. Las esquilas blancas no perturban su placidez.
Paseo en Urgull
Más abajo, otro banco sirve de mesa a una pareja que juega a las cartas, sentados a horcajadas. La joven me ve venir y sigue a lo suyo con su parloteo. Su amigo se me queda mirando sorprendido cuando paso a su lado; habrá supuesto que este camino recóndito solo sería para ellos esta tarde. 
Ya cerca del paseo de los curas, el olor a sardinas asadas, que sube del puerto, rompe el encanto del paisaje color perla, del olor a mar y de las flores como esquilas.
Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor

El andar sosegado y solitario da tiempo al encanto de apreciar los encantos

Calystegia silvatica       Ezkiluntza      Correhuela mayor

miércoles, 24 de febrero de 2021

CERASTIUM GLOMERATUM

 

Cerastium glomeratum

Florecillas cornudas por los arriates de Donosti

Cerastium glomeratum
    Falta casi un mes para la primavera y nos vemos con unos días luminosos de viento sur. Escogemos el paseo por la orilla oeste del Urumea por suponer que nos cruzaremos con pocas personas. Acertamos.
Del Puente de La Zurriola, al de Santa Catalina, y seguimos.

Cerastium glomeratum
    Andando, andando, hemos pasado bajo los dos obeliscos del lado oeste del puente María Cristina y que soportan los grupos escultóricos ecuestres de Ángel García Díaz, lanzados a los cielos. Recientemente, han sido restaurados y dorados, imitando los caballos alados del puente Alejandro III de París. 
¡Lástima que Antonio Palacios diera a los obeliscos el aspecto nada airoso de un patoso gordinflón! 
   
Cerastium glomeratum

    Pasado el puente, nos fijamos en las gaviotas que se mecen sobre el Urumea. Miro al suelo, para evitar tropezarme con las losetas removidas por las raíces de los árboles del largo arriate que nos separa de la calzada. Así es como me fijo que sobre el arriate se están extendiendo plantas variadas, algunas ya florecidas. El ambiente soleado y templado de esta segunda mitad del invierno está favoreciendo la jardinería natural.

Cerastium glomeratum
    Aprovechando las calvas que las poas van dejando, porque las inmisericordes podas les impiden granar, van apareciendo plantitas de crecimiento rápido, como estas sagu-biarria. Plantitas con tallos enmarañados, flores aglomeras en cimas compactas y semillas contenidas en tubos rematados en dientes arqueados. Estos cuernecillos han dado lugar al nombre botánico Cerastium, cornudo, pero dicho a lo clásico para disimular.
Cerastium glomeratum
       Varios vecinos están empeñados en fomentar esta flora sobrevenida, abonando el arriate con los excrementos de sus perros. Están consiguiendo que este paseo sea el más generosamente abonado de Donosti. No estaría de más que el alcalde Eneko Goya solicitara la inclusión de San Sebastián en el Guinness World Records por disponer, o del más reducido espacio urbano con la mayor cantidad de deposiciones caninas, o del más amplio grupo de dueños guarros. 
Cerastium glomeratum

Un paseo a orillas del Urumea con adornos, no solo florales

Cerastium glomeratum

sábado, 30 de enero de 2021

RANUNCULUS FICARIA

Ranunculus ficaria   

 Ranúnculos, con raíces engrosadas como higos, ya floridos en los parques       

Ranunculus ficaria
 
Puede parecer que, con lluvias continuas y temperaturas suaves, estamos en marzo y no en enero. Ya hace días que las prímulas y las chiribitas puntean de amarillo y blanco los taludes del parque Cristina Enea. Aprovechando que escampa voy a remirar sus paseos y detenerme ante los ranúnculos que también se están abriendo.
    
Ranunculus ficaria
- ¡Quieto, Newton! ¡Ven aquí! 
El tal Newton es un chucho, interesado en ver qué ando haciendo fuera del camino mirando ranúnculos cámara en mano.
A la dueña, la supongo interesada por las ciencias físicas newtonianas, pero sin llegar a dominar las ciencias caninas.
- ¡Deja en paz al señor!
Sospecho que el chucho, que se empeña en acompañarme, se desentiende del parloteo de la dueña.

Cedrus libani

Dejo los ranúnculos y voy a visitar el cedro del Líbano, próximo a la rotonda de la cima. 
Es enorme y está vallado para impedir que se pise el suelo y sufran las raíces.
- Está malito -me indica compungido el bedel del centro de información del parque cuando me da un desplegable. 
Y me imagino a un gigante en cama, tapadito y con el termómetro en la boca.
   
Ranunculus ficaria
  
Por la pasarela Mikel Laboa, que salva el río, accedo a Riberas. 
Junto a la iglesia del barrio, obra de Rafael Moneo, hay un parquecito, no cubierto por plumeros, como lo están los descampados del barrio. 
En su entrada está el monumento a los masones perseguidos y represaliados durante la guerra y la dictadura, con el lema LIF: libertad, igualdad y fraternidad. 
Debe de ser, quizá, el único monumento dedicado a ellos en este reino.
   
Memoria de una luz. Obra de José Munuel Utande
 De vuelta, por el paseo del Urumea: coches, motores, semáforos, bicis, mascarillas y cinco puentes.
Los ranúnculos, está visto, no pretenden ocupar los alcorques; prefieren la humedad de la gándara del parque y aguantar el pisotón sólo ocasional de algún interesado en observar su plácido transcurrir al margen de pandemias humanas. 

Ranunculus ficaria
Ranúnculos tempraneros, ya extendidos para estímulo de paseantes

Ranunculus ficaria