Traducción

martes, 27 de febrero de 2018

VIOLA ODORATA


Junto a la acera, desapercibidas violetas silvestres olorosas

Viola odorata

Viola odorata







¡Por fin! Por fin he encontrado la violeta olorosa de hojas redondeadas. Y ha tenido que ser en un talud de la calle Sibilia de Donosti, sobre Egia. Después de ver tantas violetas olorosas de hojas puntiagudas por las orillas del Irati, ha tenido que ser en un costado del parque Matigoxotegi donde he percibido, ahora sí, la fragancia de esta escasa especie de violetas.





Viola odorata












Pasan por la acera dos señoras que me miran de reojo.  ̶  Y con esa cámara, ¿qué estará mirando?
Sube otro jubilata con su bastón y se detiene.  ̶ ¿Son hierbas para el reuma?
Ahora se acercan tres chavales con sus bolsas de deporte. Siguen. Van al campo de futbol de al lado.
Estas violetas, ¡claro!, no tienen la vistosidad de las violetas-pensamiento, que los jardineros municipales plantan en los parterres.


Viola odorata












Y ciertamente, solo acercándose a ellas se percibe su penetrante fragancia. 
La circulación de vehículos hace difícil que, al pasar, chicos o mayores lo noten. 
Tendrán que abrir algún frasco de perfume SSirimiri, la esencia de San Sebastián según creación de Benegas, para disfrutar todo el año la fragancia de las violetas.






Viola odorata














Desde este talud tengo en frente la larga tapia del cementerio y, con el olor de estas violetas, me figuro que algo así debe de ser el llamado olor de santidad. Seguramente hay mucha santidad sepultada tras ese muro: muchos trabajos, mucho amor, muchas lágrimas. Y sí, sí; ahí cerquita, reposa la santa laica Clara Campoamor, en el panteón de la familia catalana Mosó Riu, afincada en San Sebastián, y de la que Clara era la madrina.







Viola odorata











Clara Campoamor, a mi entender la persona más ilustre de este camposanto, mantiene la frescura de la fragancia, que se percibe aún, de su ímprobo trabajo por desarrollar los derechos de las mujeres: el sufragio universal, la igualdad jurídica de hijas e hijos. Su escrito, El derecho femenino y yo, quedará para la historia del empeño de esta gran mujer por hacer cambiar las leyes de un Congreso republicano mayoritariamente masculino.











De la delicadeza de los perfumes a la firmeza del esfuerzo igualitario, dicho con violetas

 
Viola odorata