Enredaderas
en continua floración
Ipomoea indica |
Ipomoea indica |
El
Paseo Arbola invita a pararse a contemplar Donosti desde lo alto y a escuchar
el ronroneo de las olas de Gros. Desde esta altura, los turistas que pasean por
las avenidas y el boulevar no son sino puntitos diminutos cambiando
continuamente de posición.
Paseo Arbola |
Por
el Paseo Arbola no deambulan turistas y no se escucha su cháchara; es un lugar
tranquilo para parejas de cualquier edad.
En el Paseo Arbola, eso sí, unas exóticas indias,
que quizá llegaran como turistas invitadas, parece que han encontrado el modo
de quedarse.
Ipomoea indica |
Éstas,
las Ipomoea indica, se han desplegado por el talud junto a la casa a la que veo
entrar una señora de pelo blanco en zapatillas y se descuelgan por las huertas
en barbecho, junto a las escaleras que suben desde la travesía del Rodil.
Ipomoea indica |
Las
veo florecidas prácticamente en cualquier época del año.
Me supongo que quieren
dar la impresión de no olvidar el agradable clima de su lugar de origen, allí
por las Hawaii o por los trópicos del Nuevo Mundo.
Ipomoea indica |
La
tranquila invasión turística, aunque nos parezca numerosa, aún es tolerable, y
bien agradecida por muchos.
Así es como miro estas atractivas trepadoras y
no, a diferencia de australianos o canarios que las aborrecen, como a malvadas invasoras.
Cerca del tumulto callejero de Donosti
tenemos silenciosos caminos apacibles con atractivas flores escondidas
Ipomoea indica |