Traducción

viernes, 5 de enero de 2018

RANUNCULUS ACRIS

Flores doradas en tiempo de regalos
   
Ranunculus acris
Ranunculus acris


Bajo el gris amenazante de las nubes y sobre el verde de la hierba de las cunetas, destacan por aquí, estos días de regalos del inicio de invierno, los colores dorados de estos ranúnculos acres, picantes. ¿O quizá deban su nombre a la forma palmeada de sus hojas, semejante a las hojas de los arces?


Ranunculus acris












Ya había reparado en su presencia bien avanzado el otoño en la cuneta del camino hacia el parque de Ametzagina, una vez pasada la ermita de Uba. Todavía se veían azafranes y ajugas azuladas. En el triángulo que dejan los dos ramales del camino también florecían estos ranúnculos.

Regata Manda

















Pero ha sido en estos días, andando por los vericuetos del Parque de Illumbe, entre vegetación silvestre y regatas que retuercen los senderos, cuando los he visto como casi únicas plantas en flor. Y entre esta vegetación que parece el decorado de cuentos misteriosos, destacan estos pétalos brillantes en las lindes herbosas y húmedas.
Ranunculus acris














Los vericuetos del Parque de Illumbe es uno de los encantos que añadir a nuestra ciudad. Además de playas, calles rectilíneas, aglomeraciones de visitantes o sabrosos pintxos y, a no más de cinco minutos de Anoeta, nos encontramos paseando por bosques intrincados en abruptas laderas. 

Ranunculus acris
















Es uno de los rincones solitarios por donde los oriundos podemos pasear reposadamente, lejos del bullicio comercial y turístico. Con todo, si el paisaje vegetal permite alejarnos de la civilización industrial, el runrún de la inmediata autovía nos recuerda que aún estamos en la época en que convive el motor de explosión con el color dorado de estos ranúnculos.











   
Paseos apacibles con florecillas lustrosas por senderos umbrosos de la periferia donostiarra

Ranunculus acris

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