Flores doradas en tiempo de regalos
Ranunculus acris |
Ranunculus acris |
Bajo el gris amenazante de las nubes y sobre el verde de la
hierba de las cunetas, destacan por aquí, estos días de regalos del inicio de invierno, los colores
dorados de estos ranúnculos acres, picantes. ¿O quizá deban su nombre a la
forma palmeada de sus hojas, semejante a las hojas de los arces?
Ranunculus acris |
Ya había reparado en su presencia bien avanzado el otoño en
la cuneta del camino hacia el parque de Ametzagina, una vez pasada la ermita de
Uba. Todavía se veían azafranes y ajugas azuladas. En el triángulo que dejan
los dos ramales del camino también florecían estos ranúnculos.
Regata Manda |
Pero ha sido en estos días, andando por los
vericuetos del Parque de Illumbe, entre vegetación silvestre y regatas que
retuercen los senderos, cuando los he visto como casi únicas plantas en flor. Y
entre esta vegetación que parece el decorado de cuentos misteriosos, destacan
estos pétalos brillantes en las lindes herbosas y húmedas.
Ranunculus acris |
Los
vericuetos del Parque de Illumbe es uno de los encantos que añadir a nuestra
ciudad. Además de playas, calles rectilíneas, aglomeraciones de visitantes o sabrosos
pintxos y, a no más de cinco minutos de Anoeta, nos encontramos paseando por bosques
intrincados en abruptas laderas.
Ranunculus acris |
Es uno de los rincones solitarios por donde los oriundos
podemos pasear reposadamente, lejos del bullicio comercial y turístico. Con
todo, si el paisaje vegetal permite alejarnos de la civilización industrial,
el runrún de la inmediata autovía nos recuerda que aún estamos en la época en que
convive el motor de explosión con el color dorado de estos ranúnculos.
Paseos apacibles con florecillas lustrosas por senderos umbrosos
de la periferia donostiarra
Ranunculus acris |
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