Traducción

sábado, 2 de diciembre de 2017

CYMBALARIA MURALIS

Los jardines colgantes murales
    
Cymbalaria muralis

Cymbalaria muralis








Los jardines de Donostia están ahora en standbay. Los jardineros tienen labrados los parterres y han dejado como adorno tormos irregulares. 
No quedan ¡ay! ni "malas hierbas".

Cymbalaria muralis


















Es esta época, pues, la flora espontánea, refugiada en las paredes de una ciudad recostada contra laderas contenidas por muros de piedra, no tiene competencia. 
Es la oportunidad del lucimiento, entre otras, de las cimbalarias, murruntzak. 



Cymbalaria muralis








Frente al portal 27 de la calle Miracruz está la marquesina de la parada de autobuses, que oculta parte del muro del ferrocarril. Mirando llegar los buses, -¿no será ese?, no está uno para fijarse en el muro de piedra a sus espaldas, inadvertido jardín colgante de cimbalarias.



Cymbalaria muralis






















Otra cosa es subir las incontables escaleras hacia el Paseo de Ulia. Al tomar un respiro,  te detienes a observar cualquiera de los múltiples ramitos cimbalarias de la tapia aneja. Y ahí recuerdas que de niño, oprimiéndolas, te parecían perritos que gañían.







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Más descansado será pasear por caminos de Urgull. 
Las aún numerosas construcciones del recinto del castillo son un buen asiento húmedo para que broten todo el año estos ramitos de cimbalarias, címbalos silenciosos con imaginativas formas caninas.









Las tapias y muros han resultado ser unos floridos maceteros colgantes para tiempo fríos
   
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