Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Stachys officinalis Betónica |
Viola riviniana |
Viola riviniana |
Viola riviniana |
Viola riviniana |
Viola riviniana |
Viola riviniana |
Escarpes del Paseo Nuevo |
Cerastium glomeratum |
Cerastium glomeratum |
Cerastium glomeratum |
Cerastium glomeratum |
Pasado
el puente, nos fijamos en las gaviotas que se mecen sobre el Urumea. Miro al
suelo, para evitar tropezarme con las losetas removidas por las raíces de los árboles
del largo arriate que nos separa de la calzada. Así es como me fijo que sobre
el arriate se están extendiendo plantas variadas, algunas ya florecidas. El
ambiente soleado y templado de esta segunda mitad del invierno está
favoreciendo la jardinería natural.
Cerastium glomeratum |
Cerastium glomeratum |
Cerastium glomeratum |
Un paseo a
orillas del Urumea con adornos, no solo florales
Cerastium glomeratum |
Ranunculus ficaria |
Ranunculus ficaria |
Ranunculus ficaria |
Cedrus libani |
Ranunculus ficaria |
Memoria de una luz. Obra de José Munuel Utande |
Ranunculus ficaria |
Ranunculus ficaria |
Arctium minus Amanua Bardana |
AL ABRIGO DE URGULL, UNA
EXPOSICIÓN Y OTRA PLANTA DONOSTIARRA
San Sebastián, año 1560 |
Al abrigo del monte Urgull
está asentada San Sebastián, Donostia según el vulgo, denominación recogida por
Georg Braun en su atlas Civitates Orbis Terrarum, en uno de los 480 grabados de ciudades del mundo. La
estampa más antigua de San Sebastián fue dibujada en 1560 por Joris Hoefnagel e
impresa en 1572 por Franz Hogenberg en Colonia. Hemos podido ver la evolución
del aspecto de Donostia en la exposición de grabados históricos que se muestra
estos días en el Museo Municipal, sito en el antiguo convento dominico de San
Telmo, al pie del monte.
Arctium minus Amanua Bardana |
Se reprodujo este grabado
durante más de doscientos años: Una mota aislada y escarpada, coronada por un
castillo, recorridas sus laderas por murallas, orlada su base por edificios
religiosos y civiles y separada de la costa por arenales. Sin embargo, este
promontorio con aspecto desolado y muy escasa vegetación, poco tiene que ver
con la estampa actual, en la que prevalece el arbolado y hasta las paredes del
castillo son propicias para la presencia de una prolífica vegetación.
Arctium minus Amanua Bardana |
Bajo la profusa vegetación
arbórea de encinas, pinos, hayas, arces, plátanos, tejos, laureles hay, no
tanto ahora, pero sí en verano, hay una abigarrada vegetación de sotobosque. Antes de penetrar en el recinto amurallado tenemos que
franquear la Puerta del Baluarte, ante la que se desarrollan estas espléndidas
bardanas. El tamaño de más de un metro de altura, así como la amplitud de sus
hojas, llama la atención de quienes nos acercamos al pretil del que sobresalen
y que nos impide rodar por la inhóspita pendiente de siglos pasados.
Arctium minus Amanua Bardana |
La respuesta la tendré en verano, quizá, puesto que son plantas bianuales. Espero, pues, que nuevamente cubra esa parte de la ladera y no tenga que recordar la desnudez que presentan los grabados. Aún con todo, y sin especular con la agudeza visual de Joris, el minucioso dibujante, ¿por qué no suponer que ya hace varios siglos se quedaban prendidas de los capotes militares o en las crines de las caballerías? Si bien, puedo suponer, también, que llegaron enredadas en las prendas de lana de los suministradores que accedían a las murallas después de sortear las marismas en épocas posteriores.
Arctium minus Amanua Bardana San Sebastián, un amurallado
emplazamiento militar, hoy cubierto de vegetación y de turistas |
Arctium minus Amanua Bardana |
Silene dioica |
Silene dioica |
Este jueves tendremos una ventana de tiempo soleado. Estamos limitados en los desplazamientos al término de San Sebastián y a los pueblos anejos. Me propone Gurutz llegar al Kukuarri; será una buena opción para pasar el día respirando el aire de la costa de Igeldo. Recorreremos, pues, la ruta GR 121 que se aproxima al litoral hasta avistar Orio. Son las nueve cuando nos ponemos en marcha desde la playa de Ondarreta de Donostia.
Silene dioica |
El Cantábrico desde la ladera norte del monte Igeldo y la luna hacia el oeste |
La toponimia costera es detallada: Lumandaka arlastra, Bankusarku zuloa, Senotxiki, Biosalbi, Lazkako muturra, Galeseno, Iazkorri, Artxabaleta, Ergain, Maiazpi, Antxo, Agiti, Artia senota, Zakarro… en cinco kilómetros de costa desde Igeldo. La navegación marina necesitaba referencias visuales correctamente nominadas. En el último punto decidimos ajustarnos a la ruta para acercarnos al caserío Egiluze. El sendero está desdibujado e invadido de argomas, oteak, que nos acribillan con sus puas. El gps nos marca el punto de referencia para saltar la regata Iraguen, esta vez sin despistarnos.
Silene dioica |
Estas silenes, según el nombre específico, son plantas dioicas. Por la urgencia de la marcha, es un detalle que rara vez percibo hasta revisar las fotos. Unas flores solo tienen estambres con polen y otras, por el contrario, solo pistilo fértil. Todas las flores tienen una apariencia similar pero, en unas, los cinco estigmas del pistilo destacan entre los pétalos y, en las otras, solo se aprecia una corona de dientecillos en el borde del tubo de los pétalos. Al parecer, la evolución optó por esta forma de reproducción dioica, de géneros separados, en la mayoría de formas animales.
Silene dioica |
Silene dioica |
¡Qué cerca de Donosti y qué lejanos parecen estos senderos
olvidados del monte de Igeldo!
Silene dioica |